Era una semana muy
importante para el equipo porque se jugaba el todo contra el Jaén en el
Cartagonova. Pacheta disponía de toda su artillería para frenar a los andaluces
que nos persiguen en la clasificación a falta de 6 jornadas y 18 puntos en
juego. La afición no falló y, como un domingo más, un domingo importantísimo,
acudió a su cita con los gladiadores
blanquinegros.
Lo que se podía presentir
como una hora y tres cuartos de sufrimiento, nervios y no dejar uñas en los
dedos por lo que el Jaén nos pudiera hacer pasar, se transformó en eso mismo
pero por todo lo contrario: para que el árbitro pitara el final. Nada más
terminar la primera parte y con dos goles ya en el marcador, Tonino fue el
cartaginés que luchó contra los romanos jienenses derrotando a cada uno de
ellos.
Los pupilos de Manuel
Herrera no supieron ofrecer su mejor tarde y la defensa fue de lo más insegura
e irregular. Con jugadas a balón parado y saques de esquina llegó el único
peligro, pero nada del otro mundo que los de Pacheta no pudieran atajar. Envidiabley ansiado fue el juego de los locales ante los más de cinco mil espectadores.
Anotó dos, pero más de
cuatro tantos podía haber anunciado el video-marcador por parte de unos
cartageneros que desde Florián, Óscar Rico, Diego Segura o Álvaro García
pelearon, bloquearon y dominaron cada esférico como si del último partido se
tratara. No era encuentro de play-off pero lo parecía desde el minuto uno.
Volveremos, sin duda. Hay
equipo, hoy ha quedado demostrado. Hay jugadores, hoy lo han argumentado. Hay
entrenador, hoy, y desde que llegó, hay motivación. Hay banquillo, hoy Álvaro
García en sustitución de Perona lo ha justificado. Y lo más básico, hay afición
y hoy, y en cada final disputada, lo
manifiestan, exhiben y despliegan ese sentimiento por dos colores, blanco y
negro, que unidos definen a una ciudad, a un Club y a todos y a cada uno de
nosotros.
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