domingo, 23 de febrero de 2014

El fútbol ha vuelto al Cartagonova

Velocidad, ritmo y profundidad frente a un Córdoba B que se volvió con un 4-1 y vestido con la equipación de su rival. Mala actuación y protagonismo del árbitro en la segunda mitad
Jugadores del Córdoba con la segunda equipación
del Cartagena de hace dos años.
Aparentemente se preveía un partido sin complicaciones y fuera de todos aquellos encuentros que desatan jugadas polémicas. Pero no. Nada más comenzar, ¿suena de algo eso de encajar un gol antes del minuto 5? Exactamente. El Córdoba B dejaba enmudecida las gradas del Cartagonova al adelantarse en el marcador y poner el primero para los andaluces. Equipo que iba vestido con la segunda equipación del Cartagena de hace dos años. Sí, sí, como lo leen. Con publicidad de las bodegas Paco Gómez, del Teatro Romano, escudo del Cartagena en el pecho y cinta aislante tapando los nombres de aquellos jugadores. Surrealista. ¿Es que acaso en Córdoba no sabían cómo vestían los blanquinegros para traerse una equipación distinta que les pudiera servir? Ver para creer.
Mirando hacia otro lado y haciendo caso omiso del gol encajado, Menudo, ese pequeño revulsivo que aporta acción y contundencia al equipo, ponía el empate sólo un minuto después. Era el minuto 3, algunos aficionados aún se estaban acomodando y el video marcador ya lucía un empate a uno.
Todo era estrés, frenesí y gran actuación de los locales en un partido en el que todo estaba de cara. Con el empate, la posesión del balón estaba de parte de los blanquinegros. Nuestro rival más directo, el Albacete, iba perdiendo contra el Cádiz y los de Tevenet dominaban en el terreno de juego, se divertían, tenían ritmo, velocidad y no dejaban a los del Córdoba crear espacios para disputar balones. Y otra vez Menudo para poner el segundo en el marcador. Todo iba sobre ruedas.
Tras una jugada magistral de Antoñito, en esta ocasión era ‘El Puma’ De Lerma quien quería poner su granito para aumentar aún más la distancia. Y ya iban tres. En apenas media hora, el juego del efesé había cambiado por completo. Estaban siendo los mejores 30 minutos de toda la temporada del equipo y eso lo sabían todos.
Tras ver tarjetas amarillas Mariano Sánchez, Diego Segura y Antoñito, todas ellas acarreando suspensión para el próximo partido contra la Balompédica Linense, era Carlos David quien se sumaba a la fiesta de los goles. Nunca antes una primera parte había tenido tanto buen fútbol y fiesta. Cuatro eran los goles como cuatro soles los que dominaban en el marcador.
Tras el descanso, todo cambia de color y las expulsiones hacen su agosto en filas cartageneras. Como el que va a una rifa, el árbitro rompe el partido y se convierte en el protagonista. Antoñito es expulsado por doble amarilla, le pita un libre indirecto dentro del área al Córdoba y cuando las gradas le recriminaban al colegiado las nefastas decisiones, expulsa al míster Tevenet.
Ya no había color respecto a los primeros cuarenta y cinco minutos, el ritmo había bajado y la tensión se respiraba en cada centímetro del césped y de la grada. Los últimos minutos aún dieron para que Mariano viera la segunda amarilla y acabara expulsado.
Conclusión del partido: se aprecia el cambio de mentalidad en los jugadores respecto a los últimos encuentros en los que se perdía, domina en posesión y en el marcador, tienen velocidad, seriedad y disparan desde cualquier punto del campo. La noche y el día. En cuestión de nada han borrado del césped soleado del Cartagonova a un Córdoba B. Gran trabajo.

domingo, 9 de febrero de 2014

Color en las gradas y en el césped

Era una jornada en la que los pupilos de Tevenet querían acabar con la mala racha de derrotas y encarrilar los tres puntos para no perder el hilo en la clasificación. Si retrocedemos, el Cartagena salió derrotado ante el líder del grupo, La Hoya Lorca por 3-0 y 0-2 ante el Albacete. Por su parte, sólo llegó al empate ante el Arroyo (1-1). Si ante el problema de sólo sumar un punto de nueve posibles, hay que añadirle la situación inestable en el terreno económico. Todo se veía gris, tanto en el cielo de la ciudad como en los antecedentes de los albinegros.

En el primer minuto, primera jugada de peligro por parte de los locales pero Richi logra blocarlo. Antoñito le deja en bandeja a Fernando un pase para que rematara pero no pudo ser. Buen comienzo. La zaga se encontraba bien posicionada, defendía bien los balones y no dejaba que el Melilla avanzara más allá del medio campo. Es en una jugada de Menudo en el área cuando surge el primer ¡uy! del encuentro. El Melilla respondía con un ataque pero volvían a ser Menudo y Fernando los que anunciaban que el gol cartagenero estaba próximo.

Fernando en una jugada del partido.
By Raúl Velasco.
Poco a poco, los jugadores del Melilla igualaban el partido en posesión, control y jugadas. El centro del campo estaba muy disputado, todos los jugadores del Cartagena, excepto Limones, se encontraban en terreno melillense, Riau colgaba un balón pero una vez más, Richi, lo despejaba. Y claro, tenía que llegar Antoñito para presionar a Amarito, poner nervioso al jugador y que Fernando se encontrara con el esférico para marcar. Gol de Fernando y relajación para los de Luís Tevenet porque tenían encauzado el encuentro, todo les salía bien.

Como dice la canción, sin pausa pero sin prisa. Todos tocaban el balón, la grada disfrutaba y los ánimos se iban levantando. Antoñito, el hombre del partido hasta el momento, se marchaba de Amarito y Diego Segura disparaba pero una vez más, llegaba al contrario. Dominio del partido por parte del Cartagena aunque el Melilla no cesaba en su empeño de empatar. Así se llegaba al descanso.

Con una jugada entre Riau y Menudo comenzaba la segunda mitad. Limones tenía poco trabajo y sacaba en corto cada balón que le llegaba. No hacían daño, no presionaban y el dominio era total del Efesé. Sólo faltaba que la ventaja tuviera su aumento. Lo intentaban. Todos los jugadores albinegros estaban metidos en el encuentro, Carlos David disparaba desde los treinta metros, Fede controlaba un balón que se marchaba por el fondo. Hasta que centró Super, Menudo lo intentó y fue el mismo Fede el que remató la faena elevando a dos el marcador.

Tras la retirada del campo de De Lerma, el partido bajaba de intensidad. Sólo el Melilla provocaba un disparo pero se topaba con el palo. Encuentro muy eléctrico, muy disputado en la que la insistencia tuvo su recompensa. Color en las gradas y en el césped.