Noche histórica para todos porque un humilde Cartagena bajaba
a la tierra a un todopoderoso Barcelona. Desalentador fue el inicio de los culés.
La circulación y la temeraria defensa del Efesé hicieron inevitable el 1 - 4.
Querido Barcelona, se que desde la lejanía nadie se esperaba la primera media hora pero claro... os mandamos esta carta para deciros que, aunque humildes y con bajo presupuesto, supimos plantaros cara. Habéis pisado la tierra... guardarla en un cajón o quemarla pero la tinta china que sudasteis se paga con oro en esta ciudad legendaria...
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| Imagen de toda la afición en los alrededores del estadio a dos horas de comenzar el partido. FC Cartagena. |
Lágrimas en los ojos,
sentimientos a flor de piel, uñas comidas… y unos alrededores en los que no
cabía un alfiler. Así estaba el estadio cuando aún faltaban más de dos horas
para que el esférico rodara por el precioso manto del Municipal Cartagonova. Muchos
fueron los afortunados que lo vivieron en una de las catorce mil butacas
mientras otros tantos, por motivos económicos o porque debido al puente festivo
se encontraran fuera de la ciudad portuaria, lo disfrutamos a través de la
televisión. Todo fue salir los jugadores al terreno de juego y las gradas se
vinieron abajo. Durante el minuto de silencio sólo se veían flashes y más
flashes apuntados hacia unas estrellas locales que vivían, como todos los
aficionados, un sueño. Una bendita y maravillosa locura.
¡Arranca el partido! Y no
es la Play ni un simulacro, ¡llegó la hora!
El Barcelona comenzó los
primeros minutos muy rápido y dinámico. Mientras que el Efesé se desplegaba con
un planteamiento atrevido, robando el balón y con Riau dándole intensidad y
remate a un centro del campo luchando cada esférico. Fue De Lerma el que falló el primer gol a
bocajarro provocando las primeras manos a la cabeza y suspiros. El técnico
culé, Tata Martino, se mostraba muy tenso debido a las ocasiones que los
blanquinegros estaban provocando.
Y no es por meter el dedo en la yaga pero claro, a un rival no se le subestima... Os llamáis Puyol, Pinto, Neymar... y nosotros, Fernando, Mariano Sánchez, Carlos David, Marcos, Limones... Hace un mes os empezasteis a reír antes de tiempo. ¡Hay que ver!
El Cartagena buscaba la
espalda de los laterales blaugranas. Los dos equipos jugaban muy verticales,
exhibiendo cada pase hasta que Fernando, en el minuto 16, colocó el balón al
fondo de la red. El killer, el que lleva el gol en la sangre, ejecutó un
disparo entre los dos centrales poniendo a los locales por delante y desatando
la euforia en todos los aficionados.
Con el gol, el Barcelona
apretaba y llegaba más a la portería defendida por Limones. Pero no hay que
tentar al diablo porque con un acto reflejo felino, el meta local salvó el
empate en el minuto 30. Una parada bonita. Todo el Cartagena estaba en el campo
del Barcelona, arriesgándose a una contra, a una acción de peligro. Y así fue.
Pedro empataba en el minuto 36 con un pase de Cesc Fábregas y cruzándosela a
Limones por debajo. Señalar que el mérito del Efesé residía en la presión que
realizaban arriba. De Lerma luchaba cada balón como si la vida le fuera en
ello, lo aguantaba y levitaba por el campo haciendo de los blaugrana su peor
pesadilla. Con un balón pasado por el punto de penalti, Cesc remató sin que el
meta cartagenero pudiera hacer nada. Segundo gol del Barcelona y marcador en
contra antes del descanso.
En la segunda parte, el FC
Barcelona salió muy tenso y concentrado. Increíble el cara a cara de los
jugadores departamentales a los blaugranas. Los chicos de Luís Tevenet
permanecieron unidos en todo momento, con una idea muy clara y desplegando un
trabajo muy competitivo. Como un jugador de balonmano, con el pie, Limones, se
quitó de en medio el tercero de los visitantes dándole un respiro al frenético
partido.
Martino se enfadaba en el
banquillo por las ocasiones desperdiciadas por su jugadores o bloqueadas por
los blanquinegros. Como señalaba en numerosas ocasiones Marcos López, “el Cartagena estaba muriendo con intensidad”
justo cuando Pedro ponía el tercero en el marcador e iba apagando los cánticos
de muchos. Disparo al palo de Dongou y con el rechace hace el cuarto. Ilusiones
cerradas y un equipo que, partido a partido, acción a acción, crece como
institución. Como cartagenera, orgullosa de mi Club.
Noventa minutos que dieron
la gloria a una ciudad entregada y victoriosa. Como dijo Mariano Sánchez en El
Partido de las 12, “que nos quiten lo
bailao porque durante media hora el sueño parecía real. Los cabreamos muy
pronto y luego parecían flechas. Entraban por un lado y por otro”,
concluía.
Espero que el camino de vuelta os haya ido estupendamente y que Cartagena os gustara mucho.
Me despido de vosotros muy atentamente. Y sólo os decimos que éste, es mi ¡Efesé!

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