Velocidad,
ritmo y profundidad frente a un Córdoba B que se volvió con un 4-1 y vestido
con la equipación de su rival. Mala actuación y protagonismo del árbitro en la
segunda mitad
Jugadores del Córdoba con la segunda equipación del Cartagena de hace dos años. |
Aparentemente se preveía
un partido sin complicaciones y fuera de todos aquellos encuentros que desatan
jugadas polémicas. Pero no. Nada más comenzar, ¿suena de algo eso de encajar un
gol antes del minuto 5? Exactamente. El Córdoba B dejaba enmudecida las gradas
del Cartagonova al adelantarse en el marcador y poner el primero para los
andaluces. Equipo que iba vestido con la segunda equipación del Cartagena de
hace dos años. Sí, sí, como lo leen. Con publicidad de las bodegas Paco Gómez,
del Teatro Romano, escudo del Cartagena en el pecho y cinta aislante tapando
los nombres de aquellos jugadores. Surrealista. ¿Es que acaso en Córdoba no
sabían cómo vestían los blanquinegros para traerse una equipación distinta que
les pudiera servir? Ver para creer.
Mirando hacia otro lado y
haciendo caso omiso del gol encajado, Menudo, ese pequeño revulsivo que aporta
acción y contundencia al equipo, ponía el empate sólo un minuto después. Era el
minuto 3, algunos aficionados aún se estaban acomodando y el video marcador ya
lucía un empate a uno.
Todo era estrés, frenesí
y gran actuación de los locales en un partido en el que todo estaba de cara.
Con el empate, la posesión del balón estaba de parte de los blanquinegros.
Nuestro rival más directo, el Albacete, iba perdiendo contra el Cádiz y los de
Tevenet dominaban en el terreno de juego, se divertían, tenían ritmo, velocidad
y no dejaban a los del Córdoba crear espacios para disputar balones. Y otra vez
Menudo para poner el segundo en el marcador. Todo iba sobre ruedas.
Tras una jugada magistral
de Antoñito, en esta ocasión era ‘El Puma’ De Lerma quien quería poner su
granito para aumentar aún más la distancia. Y ya iban tres. En apenas media
hora, el juego del efesé había cambiado por completo. Estaban siendo los
mejores 30 minutos de toda la temporada del equipo y eso lo sabían todos.
Tras ver tarjetas
amarillas Mariano Sánchez, Diego Segura y Antoñito, todas ellas acarreando
suspensión para el próximo partido contra la Balompédica Linense, era Carlos
David quien se sumaba a la fiesta de los goles. Nunca antes una primera parte
había tenido tanto buen fútbol y fiesta. Cuatro eran los goles como cuatro
soles los que dominaban en el marcador.
Tras el descanso, todo
cambia de color y las expulsiones hacen su agosto en filas cartageneras. Como
el que va a una rifa, el árbitro rompe el partido y se convierte en el
protagonista. Antoñito es expulsado por doble amarilla, le pita un libre
indirecto dentro del área al Córdoba y cuando las gradas le recriminaban al
colegiado las nefastas decisiones, expulsa al míster Tevenet.
Ya no había color
respecto a los primeros cuarenta y cinco minutos, el ritmo había bajado y la
tensión se respiraba en cada centímetro del césped y de la grada. Los últimos
minutos aún dieron para que Mariano viera la segunda amarilla y acabara
expulsado.
Conclusión del partido:
se aprecia el cambio de mentalidad en los jugadores respecto a los últimos
encuentros en los que se perdía, domina en posesión y en el marcador, tienen
velocidad, seriedad y disparan desde cualquier punto del campo. La noche y el
día. En cuestión de nada han borrado del césped soleado del Cartagonova a un
Córdoba B. Gran trabajo.
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