No me sorprenden para nada las declaraciones del Presidente Paco Gómez en Onda Regional, y que todos los medios locales se hicieron eco inmediatamente, diciendo que el descenso a Segunda B la pasada temporada él ya lo sabía con 10 jornadas de antelación porque había 6 jugadores, sí, 6 jugadores concretamente ni uno más ni uno menos, involucrados en apuestas ilegales y que las cifras rondaban los 40.000/50.000 duros, no euros como muchos periodistas madrileños entendieron nada más oírlo. Y lo mejor de todo, por tomarlo a gracia, es que esos periodistas, nada más escucharlo, dijeron si es que ese tío estaba borracho. No señores, no estaba borracho, es que habla así y mirad en los embolaos en los que mete a su Club.
Y digo que no me sorprende porque era vox populi entre muchos aficionados y seguidores aquella temporada que algunos jugadores montaban verdaderas timbas de póker y de otros juegos en los desplazamientos, apostaban cantidades desorbitadas de dinero y hasta salían a algunos partidos con la cabeza puesta en otro sitio y no en el césped. Aunque en el partido contra el Celta salieran con una pancarta que decía: Por vosotros hasta el final. ¿Teatro? Que ya cada uno piense lo que quiera.
A pesar de todo, hay que saber cuando hablar. Y ahora no es el momento, señor Presidente. El calvario de la 2ºB lo están sufriendo los actuales y no merece la pena remover un pasado del cual no se puede demostrar nada a día de hoy.
Estamos de acuerdo que todo lo que sea esclarecer temas de apuestas ilegales en el fútbol español debe ser denunciado y puesto en manos de profesionales como pasa en otros países como Italia, Alemania o Francia. Pero es que cada vez que el mandatario del Efesé, Gómez, habla sube el pan. En una semana relativamente tranquila a nivel deportivo regional y un poco alterada a nivel nacional por la Champions debido al enfrentamiento del Real Madrid con el Manchester, se hicieron eco de que existía un tal Paco Gómez hasta en el Tiempo de Juego de COPE y en los diarios AS y MARCA, las redes sociales echaban humo hablando del FC Cartagena y saltaron las alarmas en la ciudad portuaria. Era una bomba. Bomba que puede afectar a la plantilla actual y al trabajo diario del equipo. Si lo que quería el Presidente era que hablaran de él, lo ha conseguido pero a costa del buen trabajo de Pacheta y desequilibrar a los que se supone que son sus jugadores y los que le dan ingresos por ascender. Por suerte, y eso esperamos todos por nuestro bien, de esos 6 no quede ni uno en el Efesé.
El tema se olvidará en unos días al comprobarse que a la LFP no ha llegado tal denuncia ni en estos días ni en los meses de verano y en el Cartagena tienen la boca cerrada a cal y canto como es de costumbre. Lo que siempre queda entre los aficionados es que tenemos lo que nos hemos buscado y lo que nos merecemos. Y así es. En lugar de tener un buen Presidente que defienda a su Club, lo que siempre acaba haciendo es tirarlo por tierra y meterlo en fregaos en los que los verdaderos perjudicados son los futbolistas actuales que pagan el pato sin habérselo comido.
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