Tras 11 años sin disputarla, el equipo que preside Paco Gomez deciden jugar la Copa Federación para darle minutos a los menos habituales y luchar por los 90.000 euros si resultan ganadores. Sin embargo, nadie se iba a imaginar que esta competición le iba a resultar todo un baile de viajes y desplazamientos al FC Cartagena que más bien parecen sacados de un circo. Ni al más pintado guionista de cine hubiera diseñado tan esperpenticas eliminatorias sin previa proximidad acordada.
El primer rival en dieciseisavos de final fue el Yeclano. Adversario de la misma Región y de fácil superación. Fue a partido único y disputado en el Municipal Cartagonova (3-0). Hasta aquí todo bien. Ahora es cuando llega la parte graciosa del chiste.
En cuartos se acaban los sorteos de proximidad y nos toca el San Roque de Lepe. A priori no pasa nada. Se ven dos partidos fáciles con el conjunto andaluz. En el partido disputado en Cartagena, el equipo golea 4-0 dejando la eliminatoria sentenciada para la vuelta. Justo cuando se va a disputar el encuentro en Lepe (2-0), los pupilos de Pacheta se juegan el estar en los primeros puestos de la Liga enfrentándose al Lucena justo tres días después de venir de Huelva. Otro viaje y más de mil kilómetros en una semana. Se perdió el partido de la Federación y también el de Liga (2-1).
El torneo federativo empieza a atragantarse en la ciudad portuaria. El equipo no puede permitirse perder en la Liga a costa de los viajes de las eliminatorias.
Y la gotita derramó el vaso. Nuevo sorteo y toca Tenerife B. Otro viaje y encima más largo. Si no fuera mes de febrero ni estuviéramos en Carnavales, el desplazamiento no tendría ninguna sorpresita ni problemas. Pero en Tenerife viven sus carnavales y la elección de su reina muy profundamente y parece que el Cartagena ya está viviendo las inocentadas de los carnavales con los sorteos y viajes. Es tal la demanda en Iberia de vuelos hacia las Islas que el equipo cartagenero se ha visto obligado a salir un día antes en autocar hacia Madrid y desde allí tomar vuelo hasta el archipiélago tinerfeño con escalas incluidas. Nada más disputado el partido, regresar a la Península y de ahí otras cinco horas en autocar hasta Cartagena. Encima le añadimos que los jóvenes jugadores del Tenerife estarán viviendo sus fiestas, sus carnavales y más de uno se unirá a la juerga mientras que los nuestros van exclusivamente a disputar el partido. Cada día la Federación lo hace mejor.
Todo esto se podía haber ahorrado si aún en cuartos, la Federación hubiera realizado sorteos de localidades cercanas y hacerles favores a los equipos que se están jugando el ascenso en sus respectivos grupos y emparejar a La Hoya con el Efesé y al Tenerife B con el Binissalem. Pero claro, es lo que hay y veremos a ver en semifinales (si pasamos) lo que nos depara la suerte. Si es que lo podemos llamar suerte.
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