domingo, 6 de enero de 2013

Víctor, la estrella que guió al Cartagena en Extremadura


Un buen roscón de Reyes siempre lleva la famosa haba que, como dice la tradición, a quién le sale significa que tiene que pagar el dulce rosco. En este caso, ha sido al Cacereño a quien le ha salido la tan significante semilla y ha tenido que pagar. Ha pagado con los 3 puntos que se han venido para Cartagena de la mano de Pacheta siendo su primera victoria (1 - 2) desde que se sentara en el banquillo blanquinegro.



Tres puntos que saben a gloria. Y nunca mejor dicho. El equipo ha tenido unas vacaciones un poco convulsas por los fichajes frustrados, posibles salidas, Akinsola, llegada de Arcas. Por otro lado, como ingrediente extra, el conjunto que preside Paco Gómez volvía a los entrenamientos a puerta cerrada avisando en el último momento, se iba otro día a San Pedro del Pinatar y así privaba a cientos de aficionados y niños de disfrutar de sus ídolos poniendo a hervir la sangre de muchos. Por unas cosas y otras, el Efesé ha tenido una semanita un tanto agitada.

Como dice el tan sabio refranero popular, a río revuelto ganancia de pescadores. Y de eso, la ciudad portuaria sabe un poquito. En un día tan señalado como el de Reyes, el Cartagena le ha sabido regalar a sus aficionados y a toda la localidad un partido frenético, nervioso, tenso, frío, soso. Le ha arrebatado a un Cacereño luchador, perseverante y con ganas unos tres puntos que significan volver a los puestos de play-off y no seguir descendiendo en la tabla. Fue un partido de esos en lo que todo lo negativo se transformó en victoria. Una victoria más que merecida desde el primer minuto. Aunque en mi mente y en la de muchos efesistas estuviera estos días la misma palabra de siempre: derrota.

Con una primera parte muy aburrida, sólo predominó la parada del gran Víctor Ibañez ante Checa. El gol de Florian, ya en la segunda parte, a pase de Rico fue el primer éxtasis del encuentro. Minutos después, el mismo Óscar Rico tuvo otra oportunidad que paró Fuentes. Hubiera sido el gol de la serenidad, de la calma y de la confianza. Pero el equipo estaba predestinado a sufrir. Y vaya que sufrió.

Una mano de Marcos Rodríguez en el chut de Esteve acabó en penalti, expulsión por doble amarilla del gallego y gol. El Cacereño empataba y con ello se llevaba parte del partido. Se avecinaba que iba a ser una tarde-noche de Reyes negra, como el carbón que se traería el Cartagena de Extremadura.

Con un hombre menos, el equipo supo venirse arriba. El capitán remató al larguero pero Hugo Álvarez supo beneficiarse del rechace para poner el 1 - 2 definitivo en el marcador del Estadio Príncipe Felipe. Cuando todo se presentía tranquilo y resuelto, Saad remataba a muerte y ponía a Víctor contra las cuerdas, pero el guardameta blanquinegro volvió a destellar como la gran estrella que siempre acompaña a los Magos de Oriente.

Un años más, el carbón ha pasado de largo por Cartagena y fue una victoria de Reyes en la que Víctor fue la estrella.

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